28 de abril de 2008

"POBRE GATA". Por Katrina Sanguinetti Tachibana.

Los momentos que nos tiran de los pelos hacia el pasado son románticos, épicos, y presiento que tienen un sollozo atrapado, somos capaces de evocaciones llenas de “saudade[1]”, nuestros recuerdos también son como nos canta Serrat
“...aquellas pequeñas cosas que nos dejo un tiempo de rosas”
creo firmemente en el derecho a reírme de tonteras detesto ir por la vida de grave [2]y porque es así les relataré una pequeña cosa. Corría el año 71 ó 72 con Ana iríamos a una fiesta. A la 20hrs. màs menos llegué a su casa en el cerro Monjas inmediatamente mi amiga me llevó a su dormitorio y visiblemente nerviosa me dijo que no podría salir pues se había mandado un condorito, estaba pintándose con el espejo del neceser de Betty su hermana mayor, se le había caído y quebrado. Betty [3]era muy estructurada y muy estricta y por supuesto lo del espejo sería un grave incidente. De pronto tuve una gran idea, las chiquillas tenían una gata llamada Ñoqui y como era la regalona de todas en casa de Ana, si lográbamos culpar a la felina del estropicio sacaría a mi amiga del problema. Tramamos la historia,y manos a la obra ,Ana se pondría en postura de estar pintándose con el espejo y yo con la gata en brazos ,Luego de una seña ella botaría el espejo y yo le tiraría la cola a Ñoqui para que gritara ,luego la soltaría para que saliera como un cuete ,la gata sería la culpable. Hicimos lo planificado ,Ana con el rimel en un mano y con el espejo apoyado en la lámpara yo detrás del mueble de la ropa con la gata ,Ana lanza en espejo yo tiro la cola a Ñoqui y sorpresa la gata nunca gritó me rasguño se arrancó . Betty llegó con el alboroto al dormitorio pero, ya no había maullido ni gata y aunque seguimos con el teatro y gritábamos ¡ la Ñoqui , la Ñoqui¡ la coartada se nos había estropeado ,con Ana nos mirábamos mientras Betty enfurecida la retaba pues no creyó nuestro cuento. Salimos igual pues quedó la duda de la veracidad del relato, la abuelita de Ana nos respaldaba pero, Betty no se la tragó jamás. La mirada de Ñoqui por siempre nos haría sentir culpables solo nos salvó que el animal no aprendió nunca el español. Katrina Las notas al pie de son de Rosa Gutiérrez Silva [1] « Saudade » Sólo el escribirlo me pone los pelos de punta,porqe es intraducible, no es salud es un estado de bienestar único, lo sentí en Salvador de Bahía. [2] "No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar" George Bernard Shaw [3] Las hermanas Lepe eran: Ana, Mónica y Betty; vivieron en Buenos Aires. Y ellas y con Katrina fueron las primeras en hospedarme al llegar a esa selva de cemento, como es Buenos Aires.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya arreglo lo de niñas chiquillas