30 de agosto de 2008

Nací hablando como una vitrola, debe ser cierto porque lo dijo mi papá.Y mi papá nunca se equivocó. Por Pilar Sánchez Latorre.

" Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras"-. Shakespeare
Mi padre español de cepa dice que yo nací hablando como una vitrola, y algo hay de eso, por los caminos de la vida me he pasado tirando monsergas que no le interesan a nadie, pero me mejoran el estado de ánimo, cuando aprendí a leer en los sesenta y tantos, callé mi boca y abrí mis ojos a los clásicos infantiles que me llevaron a vivir a la tierra de nunca jamás, en mi niñez enmudecí por momentos para tragarme todo lo que llego a mis manos. Frei, su terremoto y su reforma agraria pasaron mientras yo lloraba por Francina, Bajo las Lilas, Mujercitas, Hombrecitos, Marco Polo y la versión completa de Pinocho que es increíblemente larga y te deja con la sensación de querer hacer leña de ese infante inflamable que le hizo la vida imposible a Geppetto.
Agotada la veta infantil mi adolescencia me llevo con los clásicos y me fui a vivir con Shakespeare, leí hasta sus obras menos taquilleras, como buena romántica memorice partes de Romeo y Julieta, algo que me traería créditos con posterioridad, y me sumergí en batallas y reflexiones que me pusieron la piel de gallina, mientras el mundo cantaba a los Beatles comencé a incursionar en la igualdad de las clases sociales, me cambie a Marx y Engels y de ahí todo es historia.
Mi cabeza bullendo por decenios recordando y recreando pensando en verso como Calderón de la Barca rimando mañana, con manzana, y con campana, por tiempos la vitrola funcionando por tiempos mi silencio gritando. Recuerdo que mi amigo Shakespeare dijo "- Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras"-.
Y como eso de la monarquía se quedo con la Mistral ya que no todas llegamos a ser reinas, he decidido tomar la opción número dos y ceder ante los grilletes de las palabras que si bien es cierto por milenos se atesoraron en anaqueles amarillos ahora se disparan a lo inconmensurable del espacio infinito y perduran por siempre a merced de las generaciones que con suerte sobrevivan al holocausto medioambiental y nos recojan en sus cajitas de bolsillo para ver como se pensaba el mundo antes que el calentamiento global nos dejara sumidos en la más anunciada crónica de muerte.
Mi amigo Darío Prieto también porteño que inmola su vida a las letras autofinanciando su libro Primavera Japonesa con Espejos, me dijo un día "-en Valparaíso vive un escritor cada tres puertas y un poeta cada cinco"- .
Nací en Valparaíso y vivo el exilio en Arica con el ritmo Aymara , la saya y la kalapurka , pero como los vientos de Pancho te macar a fuego seguiré pensando que en una de esas puertas esta mi lugar entre la puerta del poeta y la del escritor , mi puerta es cantarina y musical ya que si mi papá decía que yo nací hablando como una vitrola , debe ser cierto , porque hace muchos años lo dijo mi papá, y mi papá nunca se equivoca. Pilar Sánchez Latorre.
Pues bien, luego de esta vitrolada que dejo aquí. Me declaro ciudadana del país de las palabras con pasaporte para intervenir de vez en cuando con alguna que otra reflexión que contribuya a matar la rutina de lo importante. Chauuuuuuuuuuuu