“Así fuiste y serás Danitça del alma mía* : ¡al tiro!."
Cuando me encontré con Dany el mes pasado le pedí que escribiéramos algo juntas, ¡al tiro! me dijo.
Teníamos una anécdota en particular y ahí quedo. Ella es así y lo seguirá siendo, aún espero su parte pero como tengo ganas de compartirla, la contaré. Su hija Carla nos escaneará fotos que su abuela le envía del Liceo.
A Dany la conocí en 1970, ella venia del local Costa del Liceo, fue en una reunión de la Jota[1], la primera que convocaban en 1970, en el Regional de Aníbal Pinto, allí estaban María Huerta, la Dany, las hermanas Cantero, las hermanas Rojas etc. y muchas. Éramos como tres células, yo estaba en las de los primeros medios. El motivo de la reunión fue para hablarnos de los lineamientos de los trabajos juveniles durante el año.
Estaba Ana Méndez la Presidenta del Liceo del 69, una chica que siempre admiré por su prestancia a pesar de su pequeña figura. En ese momento en el Regional andaba también Juan Alberto su hermano.
Dany siempre sonreía y estaba lista para todo, nunca se le veía enojada y me dio buena onda.
Yo no tenia la menor idea de los niveles de jerarquía en donde había ido a parar y no nos importaba, nos hicimos del alma compartiendo unos tés, la chamullábamos de lo lindo.
Tuvimos enamoramientos platónicos del mismo chiquillo o sea fuimos “hermanas de babas”, como con la Sarita.
Me decía "acompáñame", ella era más chica que su hermano, y éste llenaba todos los espacios en la casa y en la Jota.
Y eso creo que fue la clave de nosotras, yo no le di nunca bola al hermano, porque la peleaba mucho y a mi me pareció un flacuchento.
No sé creo además, que nos unió la soledad yo tampoco tenia hermana. Yo la quería a ella simplemente, cuando murió su abuelita yo no me separé de ella un momento.
Vivía en la calle Independencia en un segundo piso, su madre era magnifica y tenia una voz gruesa.
Siempre daba indicaciones, cuando salía ¡Dany esto! ¡Dany lo otro! y no la dejaban salir mucho y como no estábamos del mismo curso, no debíamos hacer tareas.
La pasábamos bien y con ella yo no debía hacer nada de lo político, asi las tarde enteras se nos fueron haciendo cosas por gusto.
Entre esas las tareas de militantes, sobretodo los trabajos voluntarios, en los cuales éramos las primeras y éramos campeonas en las campañas de finanzas.
Vendimos pescado en Playa ancha y en otros cerros, en Limache ayudamos a construir medias aguas, ella tenia mística oculta, yo era más impulsiva, pero ella estaba… siempre estaba.
Así acarreamos azúcar de los barcos cubanos etc. Repartíamos los víveres para las JAP.[2] etc.
Me enteré cuando fui ahora, que eso de las bolsas de azúcar le causo su primera operación a la columna en el 1974.
Queríamos pintar en la Ramona Parra, pero no teníamos habilidad y nos ponían de campana. Nos hacían correr con tarros de pintura en cada brazo en una quinta cerca de Valparaíso, por la avenida Santos Ossa para arriba.
Ahí chusmeamos como su hermano, se engancho con la Ana María Arce. Nos gustaba eso de pintar, pero no teníamos alma para el pincel.
- ¿ Alguién se acordará del nombre de ese lugar magnifico?
Pero nunca fuimos en realidad de la BRP.[3] nos hubiese encantado, pero a las dos no nos permitían salir de noche, a las pintadas.
Cuando nos escapábamos de todos, yo estaba en su casa y ella en la mía. La tenían cortita gracias a nuestra amistad nos escapábamos de los controles.
Lo que más me impactaba era como se vestía su madre Doña Nena y las joyas que tenía, yo hija de una modista me encantaban y a ella también creo, como que adoraba a su mamá.
Cuando nos llego la invitación al Casamiento de Erika Oróstica de “segundo G” nos invitaron. Yo le dije no tengo ropa .
Ella me decía no te preocupes, entrábamos como trombas a la casa de ella. Y la mamá no estaba todavía cerrando la puerta y nosotras ya estábamos en su placard, nos probábamos todo, hasta que encontrábamos algo que nos fuera bien y nos gustara.
Y no solo eso, le usamos las joyas sino sus cosméticos. No se de donde sacábamos tanta suerte para que nos agarrara, o no le importaría su madre era joven, “debería tener 40 años más o menos” .
No se que hubiésemos hecho si ella nos hubiese agarrado. Por eso estoy tan elegante, en varias fiestas.
Para eso "la foto que es una maravilla miren mis joyas y Danitça le fue a sacar un bolero a la abuelita", que vivía en un edificio alto.
Estamos re-maquilladas las dos. Y somos de cremas, pero de cara lavada.
Este año recordando eso nos matábamos de la risa . Este recuerdo es para ella siempre lista.
Así es, como recién llegada a Europa la llame para que fuera mi testigo y me dijo ¡al tiro!.
Un abrazote amiga del alma mía.
Rosa Cronopiando
Sassangy 29 de Abril 2008
* Terminé de leer el libro Doña Inés del alma mía, me cansa la Isabel Allende pero esta me gusto y la sigo leyendo. Por eso ando con el alma a cada rato.
[1] JOTA Juventudes Comunistas de Chile
